“[En] los 50 y los 60, el periodo de mayor crecimiento de la historia de América, las instituciones financieras estaban reguladas. Las regulaciones del New Deal estaban en funcionamiento y no había crisis financiera de ningún tipo... Al comienzo de la década de los 70 esto cambió radicalmente. Entonces se tomaron decisiones —nada de leyes naturales— para reconstruir la economía”.
El lingüista y activista político Noam Chomsky se muestra más enérgico que nunca
a sus 84 años.
Su fama —o su notoriedad, dirían algunos— no se ha desvanecido, gracias a que
continua criticando a los políticos, a los dirigentes económicos y a otras
figuras de poder que no actúan en beneficio del interés público. El núcleo de la
obra de Chomsky analiza el modo en que las élites utilizan su poder para
controlar a millones de personas y anima a su público a seguir resistiendo.
En este episodio de Talk to Al Jazeera, Noam Chomsky se sienta frente
a Rosiland Jordan para hablar sobre los dos rumbos que su vida ha tomado
principalmente: la investigación y el activismo político.
Y es su activismo precisamente lo que mantiene a este erudito estadounidense
involucrado en el discurso público en su novena década.
“Para mí, el activismo antecede de largo al trabajo profesional”, declara
Chomsky. “Crecí así. Ya era activista político en mi adolescencia, en los años
40, antes de que ni tan siquiera hubiera oído hablar de la lingüística”.
En lo que respecta a la política estadounidense, atribuye el incremento de la
popularidad del movimiento del Tea Party y la oposición fanática al Presidente
Barack Obama entre algunos sectores, a lo que él llama “paranoia
patológica”.
“Es una cosa que existe en el país. Se trata de un país con mucho miedo;
siempre ha sido así”, dice.
Al mismo tiempo, Chomsky ve a Obama como un hombre sin un “pivote moral”.
“Si echamos un vistazo a sus políticas, creo que es eso lo que revelan. Es
decir, una dosis de amable retórica aquí y allá, pero cuando echas un vistazo a
lo que son realmente sus políticas... la campaña de asesinatos con aviones robot
es un ejemplo perfecto; o sea, se trata de una campaña general de
asesinatos”.
Sobre la continua expansión de asentamientos israelíes en la Franja Oeste,
Chomsky dice que “no se da ningún esfuerzo” por parte de Obama ni tan siquiera
de pensar en tratar de contenerlo.
“[Obama] dice a Netanyahu y el resto de líderes israelíes: “os daré unos
cachetes en el culo, pero adelante, haced lo que queráis... así que, en la
práctica, Obama es de hecho el primer Presidente que no ha impuesto ningún tipo
de restricción a Israel”.
Chomsky también critica los programas neoliberales que, en su opinión, han
jugado un papel muy importante en la crisis financiera mundial que se vive
actualmente y han sido “muy dañinos” prácticamente en cualquier lugar en el que
se han puesto en práctica.
“[En] los 50 y los 60, el periodo de mayor crecimiento de la historia de
América, las instituciones financieras estaban reguladas. Las regulaciones del
New Deal estaban en funcionamiento y no había crisis financiera de ningún
tipo... Al comienzo de la década de los 70 esto cambió radicalmente. Entonces se
tomaron decisiones —nada de leyes naturales— para reconstruir la economía”.
Y, décadas después, estas decisiones han resultado en una situación que “es
realmente una catástrofe”, declara.
Pero Chomsky también tiene la sensación de que “nunca se ha ido demasiado
lejos. Podemos esperarnos cualquier cosa; se trata de decisiones humanas”.
Enfatiza: “Cuantos más privilegios se tienen, más oportunidades se tienen.
Cuantas más oportunidades se tienen, más responsabilidades se tienen”.
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