lunes, 9 de enero de 2012

COMERCIANTES DE ENFERMEDADES

Las estrategias de marketing de las más grandes empresas farmacéuticas se dirigen ahora a los sanos de manera agresiva. Los altibajos de la vida cotidiana se han vuelto desórdenes mentales, las quejas más comunes se han convertido en afecciones terribles, y cada vez más las personas comunes se transforman en enfermos. Mediante campañas de promoción, la industria farmacéutica, que mueve alrededor de 500.000 millones de dólares, explota.....






nuestros miedos más profundos a la muerte, al deterioro físico y a la enfermedad, cambiando así literalmente lo que significa ser humano. Los gigantes farmacéuticos, justamente recompensados cuando salvan vidas humanas y reducen el sufrimiento, no se contentan ya con venderles a quienes necesitan sus productos. Por la buena y simple razón, bien conocida en Wall Street, de que rinde mucho decir a los sanos que están enfermos.

La venta de enfermedades se hace según varias técnicas de marketing, pero la más difundida sigue siendo la del miedo. Para vender a las mujeres la hormona de sustitución en el momento de la menopausia, se juega con el miedo a la crisis cardíaca. Para vender a los padres la idea según la cual la más pequeña depresión requiere un tratamiento importante, se juega con con el miedo al suicidio de los jóvenes. Para vender los anticolesterol de forma automática, se ha utilizado el miedo a una muerte prematura. Y, sin embargo, de manera irónica, los medicamentos objeto de propaganda son los que causan a veces los daños que se supone van a prevenir.(....)

Hace más de treinta años, un librepensador llamado Ivan Ilich  dio la alarma, afirmando que la expansióndel establishment médico estaba en vías de medicalizar la vida misma, socavando la capacidad de las personas para afrontar la realidad del sufrimiento y la muerte, y transformando una cantidad demasiado importante de ciudadanos normales en enfermos. Criticaba el sistema médico "que pretende tener autoridad sobre la gente que no está todavía enferma, sobre personas que no se puede razonablemente esperar que menoren, y sobre personas a quienes los medios de los médicos les resultan por lo menos tan eficaces como los ofrecidos por los tíos y tías".(....)


AUTOR: Ray Moynihan y Alan Cassels


De Le Monde Diplomatique edición española (P:10,11) Mayo de 2006

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