lunes, 12 de noviembre de 2012

PONENCIA DE ENRIQUE MARTINEZ REGUERA

"...Nosotros mismos, la personas, somos el conflicto, el meollo del conflicto social. Nacemos en total indefension y morimos sin poderlo remediar. Nuestros pensamientos y sentimientos son sinuosos y nuestras inclinaciones no siempre deseables ni deseadas. Lo mismo las del mas lego que las del especialista o las del que mas ordena y manda. Nos han inculcado que los conflictos son "cosas" que estan ahi, fuera de nosotros, frente a nosotros. Cosas que antes debiamos resolver y ahora por lo visto deben resolver los especialistas. Pero eso no es cierto, porque los conflictos habitan en nuestro interior, tienen su genesis en el interior del ser humano y en el ser humano su resolucion. Por eso me sorprende la poca atencion que se suele prestar al interior de las personas...."
 
 




"...Ser persona es elegir. De hecho habitamos en un campo de batalla en donde la neutralidad no es posible. Tomar partido resulta inevitable; o nos situamos en pro de la fraternidad o en pro del dominio y la exclusion. Y eso desde nuestra acometividad, desde nuestra propia capacidad de hacer frente a la vida. En la genesis y en la entraña de todos los conflictos siempre asoma el afan de dominio y exclusion, del mismo modo que en la resolucion de todos los conflictos siempre asoma la colaboracion y la fraternidad...".
 
"...Y tampoco debieramos olvidar que la exclusión se expresa precisamente con las murallas y la distancia. Mientras que el espacio natural de todo lo más humano es la proximidad. Como dice Enrique de Castro, la distancia optima es el abrazo. Ojala aprendiesemos a trabajar en proximidad en vez de hacerlo a través de expedientes, autos judiciales, informes,.... La proximidad permite percibir, sintonizar, compartir. La distancia en cambio ignora e insensibiliza cuando no embrutece. Personas que serían incapaces de causar daño a otras en cercanía, se lo inflingen con toda tranquilidad mediando la distancia. Sin verlas ni sentirlas podemos ser capaces de horrendas aberraciones (....). Está claro que no excluye a otro quien quiere sino quien puede, por eso hablar de la exclusión es hablar de la ley del más fuerte. La proximidad es todo lo contrario. Lo que ocurre es que la proximidad implica. E implicarnos suele asustar. Sobre todo porque, paradojicamente, nos solemos implicar desde lejos, desde la cautela y los sobresaltos de la fantasía....".
 
"...Y lo peor de la ambición y la codicia no son ellas mismas sino la parafernalia institucional que se ha montado para acumular Poder.(....) En la vida ya casi todo está institucionalizado, previsto y regulado. He conocido infinidad de jóvenes que cuando querían dedicar su vida a una labor social, en vez de inventarla y disfrutarla en lo primero en que pensaban era en pasar por registro para conseguir la subvención: o sea, el mundo al revés, empezar por su acabamiento. Seguramente ignoraban que el que paga manda y somete. Y tanta previsión, regulación y sometimiento empieza a provocar asfixia..."
 
"... El dinero, cuyo peligro más que en sí mismo reside en su capacidad para crear dependencia, para que todo tenga que pasar a través de él: lo que antes le pedíamos a la tierra mediante su cultivo ahora se lo pedimos a Carrefour mediante dinero, que habrá que conseguir como sea, a base de sometimiento. El dinero que además se nos está volviendo incorpóreo puesto que ya no necesita ser oro ni cheque ni siquiera impulso electrónico sino apenas artículo de fe, que cada vez nos exige más dependencia y fé más ciega..."
 
"....Institucionalizar tiene sobre todo ese gran inconveniente y es que acumula la acometividad de muchos, a costa de relegar a segundo plano la singularidad de cada cual. Este aglutinar despojando de sensibilidades personales, es un modo peligroso de acumular Poder amoral, impasible y sin conciencia.(...) El pecado original de cualquier institución es que tiende a instaurar relaciones de poder entre las personas de que se sirve. Relaciones de dominio hacia fuera y de sometimiento hacia dentro. No sólo las institucines políticas, militares o religiosas, también las científicas y las culturales y sociales, las financieras sobre todo. Todas. Jamás deberieramos olvidar que las instituciones, por enormes y seductoras o aterradoras que sean son "cosas", meros utensilios a servicio de las personas, nunca a la inversa....".
 
ENRIQUE MARTINEZ REGUERA, "Mediación y participación en conflictos para transformar la sociedad comunitaria, política, económica, familiar, penal."-"Génesis de los conflictos y de la exclusión: claves para construir otra sociedad" pp 13-17.

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