Traducido del inglés para Rebelión por Jesús Negro García |
Introducción
Cada vez que los estafadores financieros hacen fortuna a costa de los
inversores o los bancos hacen oscilar los tipos de interés para aplastar a la
competencia o los evasores de impuestos se zafan de las crisis fiscales o las
monarquías que viven de las rentas de la extracción petrolífera blanquean sus
beneficios o los oligarcas saquean las economías para luego gastar millones en
bebida, drogas y otras miserias, todos ellos tienen a su disposición un refugio
seguro en Londres.
Importantes agentes inmobiliarios les buscan y encandilan, deseosos de
venderles propiedades de millones de dólares, inmuebles de lujo y mansiones
punteras. Pomposos y pretenciosos académicos británicos les convencen para
enviar a su progenie a escuelas privadas de seis dígitos, con la promesa de que
cuando se hayan graduado el inglés fluirá a través de sus cavidades nasales,
tendrán total dominio sobre sus "r" y serán maestros en el arte de una
elocuencia, elocuente pero insustancial. Los gobernantes británicos, ya sean
liberales laboristas o conservadores, en la mejor y más hipócrita de las
tradiciones legales, dan vida a vacíos jurídicos que atraigan a los más grandes
y saludables parásitos del mundo.